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Consejos que puedes usar para fortalecer tu matrimonio:

Pasen Más Tiempo Juntos.

Los matrimonios fuertes se consiguen pasando tiempo juntos, riendo juntos, jugando juntos. Así que si no tienes la costumbre de tener citas con tu pareja, ¡planéalas ya!
Pasar juntos tiempo debe ser tu prioridad. Dile NO más a menudo a otras ocupaciones, actividades sociales con otros, trabajo extra o de voluntario, reuniones. Y dile Si más a menudo a realizar actividades solo con tu pareja.
Pasar tiempo de calidad juntos como pareja, fortalece nuestras relaciones matrimoniales.
Cuida de tu relación matrimonial y disfrutarás de los frutos de tu esfuerzo.

Déjanos saber que a menudo ustedes pasan tiempo juntos (sin sus hijos y sin interrupciones) y que actividades hacen ustedes en sus citas juntos.


Trabajando como Equipo para Criar Hijos en otra Cultura

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Trabajando como Equipo para criar Hijos en otra Cultura.

En los últimos años, cada vez más parejas latinas han tenido que tomar la decisión de salir de su país por distintas razones como falta de trabajo, situación política, estudios o incluso una oferta de trabajo. El vivir en otro país representa diversos retos como aprender otro idioma y adaptarse a una nueva cultura, lo cual puede incrementar el nivel de estrés en la pareja. Sin duda, uno de los mayores retos a los que la pareja se enfrentará será el criar a sus hijos en una cultura diferente a la de ellos. Quizás tus hijos se adaptarán fácilmente a la nueva cultura, sin embargo ustedes como padres no querrán que sus hijos abandonen sus raíces y tradiciones latinas. Mantener la herencia cultural en tus hijos será uno de los mejores regalos que podrás ofrecerles, ya que esto marcará de por vida su identidad y autoestima. Hay estudios que demuestran que los adultos que dominan dos culturas y dos idiomas son más seguros de si mismos y tienen mejores oportunidades de trabajo y salarios por ser bilingües.
Las siguientes recomendaciones les ayudarán a trabajar como equipo para tener éxito en la importante tarea de criar hijos en una cultura diferente y a cómo mantenerse unidos como pareja durante este proceso.

Hablen acerca de sus valores y creencias.

Dispongan de un tiempo especial para hablar acerca de los valores, creencias, tradiciones y costumbres que son importantes para cada uno de ustedes. Recuerden que ahora ustedes decidirán qué valores quieren seguir como familia. Hagan una lista de las costumbres y tradiciones que quieren conservar en la familia que ahora forman. Hagan una junta especial con sus hijos para explicarles el porqué para ustedes como padres es importante mantener estas tradiciones o costumbres familiares. Si sus hijos entienden la razón de estas tradiciones es más probable que ellos los apoyen. Este esfuerzo implica energía, dedicación y tiempo pero vale la pena hacerlo ya que sus hijos sabrán de donde vienen, quienes son y se sentirán orgullosos de su cultura. Por ejemplo, si para ustedes como padres es importante que sus hijos conserven el idioma español, hablen con sus hijos y hagan una lluvia de ideas de cómo podrían hacer para mantener el idioma en casa. Otra idea para perdurar las tradiciones familiares es mostrar fotos de su infancia y de su país a sus hijos y aprovechar esta oportunidad para hablar de cómo eran sus vidas en su país de origen.

Hagan un frente común.

Tengan en cuenta que lo mejor que los padres pueden ofrecerle a los hijos es un matrimonio sano y estable. Cuando ustedes como pareja se sienten satisfechos de su función como padres, tendrán mayor satisfacción y compromiso en su relación de pareja. Véanse como un equipo en la formación de sus hijos, digan a sus hijos frecuentemente que ustedes son un equipo y que están unidos como padres. Fortalezcan su relación pasando tiempo de pareja, esto les ayudará a enfrentar los retos de la paternidad unidos. Hagan tiempo para participar en un programa de educación de pareja que les brinde las herramientas de comunicación necesarias para hablar sobre sus temores y frustraciones abiertamente y brindar el apoyo que su pareja en algún momento pueda necesitar.

Sean consistentes.

Decidan qué valores y creencias guiarán la crianza de sus hijos. Si ustedes como pareja comparten valores y creencias similares su relación se fortalecerá y unirá aun más. Por otro lado, el tener valores y creencias diferentes puede ocasionar conflictos y complicar la crianza de sus hijos. Es importante que como padres hablen abiertamente y acuerden cómo guiarán a sus hijos. Esto ayudará a mantener un clima de armonía y paz en el hogar. Cuando la pareja no toma tiempo para ponerse de acuerdo en esto tiene más probabilidad de caer en conflictos familiares que repercuten en la relación de pareja. Cuando los hijos perciben que los padres no son consistentes en las reglas del hogar tendrán más inestabilidad emocional y tenderán a irse con el padre que más les apoya, causando división en la pareja. Si es necesario, escriban los cinco valores más importantes que como padres quieren transmitir a sus hijos. Hablen de cómo quieren poner en práctica estos valores y tradiciones y sean consistentes con esto. Es decir, vivan reflejando estos valores en su vida diaria, después de todo, sus hechos hablarán más alto que sus palabras.

Fomentando la unidad en el matrimonio

Entramos en la relación matrimonial pensando que la intensidad del amor que sentimos el uno hacia el otro es el más importante factor para predecir el éxito en un matrimonio. Pero si nos basamos en los hallazgos científicos e investigativos, somos capaces de predecir el divorcio en una relación al ver cómo la pareja maneja los conflictos que van apareciendo en la vida.

Yo propongo que las etapas del matrimonio pueden cubrirse en tres: comenzando, vomitando y madurando.
La etapa de los comienzos es emocionante pero está llena del “Yo”, nuestro lema es: Yo estoy completo, realizado, feliz. Luego nuestro enfoque se desplaza hacia los problemas y entramos en la segunda etapa del matrimonio, la que yo llamo, la etapa del vomito. Aquí es cuando nos concentramos en el otro: los defectos del otro, las debilidades del otro, las fallas del otro. De la etapa uno a la dos pueden pasar 1 día, 2 meses, un año y hasta muchos años, pero a todos nos llega. El destino de una relación matrimonial se basa en la capacidad de llegar a la siguiente fase.

Esta etapa crucial para la supervivencia no llega por sí misma, requiere de trabajo habilidoso e intencional que nos lleve a la etapa de madurez. Si la etapa del vomito llega cuando cambiamos nuestro enfoque de “mi felicidad” a las “debilidades del otro”, la madurez llega cuando movemos el centro de atención del “Yo”, y el “Tu” para llegar a la unidad de pensar en el “nosotros”
Esta es una lista de cinco cosas prácticas que te ayudaran a fomentar la unidad con tú conyugue:

Unir las manos. Tómense de las manos al caminar. Oren juntos tomados de las manos. Cuando estén en la intimidad, unan las manos. Mantener la unión física, nos ayuda a mantener la unión en general. Cuando extendemos una mano a nuestro conyugue en unidad afectamos la condición de todos en el hogar.

Abrir el corazón. Debemos fomentar la confianza y la amistad. Habla de lo que tienes dentro, de lo más intimo. Ten mucho cuidado como te comunicas cuando te encuentres en una discusión con tu conyugue. Cuando una pareja está en medio de un conflicto, la manera que ellos deciden interactuar determina si llegaran a la miseria o si aumentaran el nivel de intimidad. Los conflictos nos pueden revelar muchas cosas sobre nuestro conyugue que tal vez desconocíamos: sus deseos, sus temores, sus sueños, sus desafíos. El termómetro que debemos usar aquí es el respeto del uno hacia el otro.

Entrega Tu fuerza. El matrimonio requiere de trabajo duro. Entrega tu fibra a la relación. Da todo de ti. Muchos llegan al matrimonio con la idea de yo pongo el 50% y tu pones el otro 50% y esto solo crea conflictos y competencias. En el matrimonio somos uno cuando el “yo” y el “tu” se funden a través de las cuerdas del amor de Dios.

Encuentra tu voz. Escucha para entender. Te encontraras a ti mismo cuando te pongas los zapatos del otro. Vivimos en el mismo planeta, pero a veces sentimos como que si calculásemos la vida en longitudes de onda que circunvalan la una a la otra. si queremos fomentar la unidad, hay que decidir escuchar con la intención de entender y no solo para oír. Sabemos que tenemos un problema de sintonía cuando yo hablo una cosa y mi conyugue escucha otra cosa, cuando tomamos decisiones y luego mis acciones no están completamente en acuerdo con el convenio al que habíamos llegado. Esto trae confusión y conflicto.

Da tu tiempo: una hora diaria. El día de hoy. Asegúrate de estar “presente” siempre. Uno de nuestras herramientas es un libro que se titula “Un Minuto Con Dios”, este libro te recuerda que es una buena práctica el darle un tiempo diario a tu relación matrimonial, y que mejor manera de hacerlo que darle a Dios la oportunidad de hablarte. Este libro te hace concentrar en una pieza de tu relación matrimonial al día. Pero si tomamos el efecto compuesto que da ir paso por paso a través de la lectura del libro como un guía, al final hará una diferencia en tu vida con tu conyugue. El libro toma un pensamiento al tiempo y propone los cambios para que la verdad de Dios en ese asunto sea clara y luego le da una llamada de acción para que la palabra de Dios sea práctica, la verdadera sabiduría de acuerdo a Jesús esta en el oír y luego poner en práctica lo que se nos ha enseñado.

Una relación madura se concentra en el “nosotros” y solo mira al “yo” para decidir
que dar,
que defender
y en qué áreas trabajar.
Lo que podemos Dar: tiempo, cariñó, nutrición.
Lo que debemos Defender: la intimidad y la comunicación.
Lo que debemos Trabajar: la perseverancia, la oración, espíritu de servicio.

De esta manera no solo vivirán juntos sino unidos.
Escrito por Rebeca Knowles